¡¡Hola de nuevo!!
Lo prometido es deuda, así que aquí tenéis la
segunda entrada de la semana, una reseña recién sacada del horno.
Este
libro me duró en la mesilla como tres
días en total, lo cual da una idea fiel de lo adictivo que fue y lo fácil y
rápidamente que se lee.
Una
vez dicho esto, creo que lo más notable de la novela es su formato. Y es que está escrito en forma de documento con archivos
adjuntos, tanto escritos como de vídeo o audio, incluyendo bastantes cosas que,
se supone, son información confidencial, así que aparecen tachadas o tapadas.
Se podría pensar que esto hace que leerlo sea un tedio porque nos estamos
perdiendo información, pero creedme que no es ningún impedimento para entender el desarrollo de la historia en
absoluto. A mí me gustó mucho porque es algo distinto a lo que solemos leer,
incluso a veces se sale de la lectura lineal (por ejemplo, *spoiler* cuando habla la
inteligencia artificial de la aeronave o cuando Ezra está en plena batalla
espacial) literalmente hay que girar el libro en todos los ángulos si no
te quieres perder nada.
En
cuanto a la historia entre Kady y Ezra, creo que es bastante secundaria, una elección muy acertada
en mi opinión, ya que el meollo de este libro no es la relación entre los dos
adolescentes, sino la lucha entre el
pez grande y el pequeño. No he echado de menos momentos para el romance, hay
unos cuantos y algunos bastante “tiernos” (por no decir cursis)
pero, como decía, el mensaje que envían los autores con esta novela creo que es
el desafío entre los “vasallos” (en
inferioridad numérica, pero con una buena causa) y el poder supremo que, como
es de esperar, ha acabado totalmente corrupto y abusa de su posición.
Me
gusta que, de vez en cuando, aparezcan en las novelas juveniles mensajes tan interesantes como éste. Una cosa es que
el público para el que están dirigidas no sea adulto y otra muy distinta, que
tengan que leer basura. Por eso me da rabia que ésta sea la excepción y no la
regla, pero bueno, ya que me he topado con esta joyita no voy a perder el tiempo
quejándome por cosas que no le afectan.
Aparte
de la parte juvenil y bélica, también es notable la ambientación futurista. Es el
año 2575 y el dominio de la Tierra se ha extendido a otros planetas. Nuestros protagonistas
se encuentran en un planeta (¿o era un asteroide? hace un tiempo que
lo leí y ahora mismo no tengo el libro a mano, así que no puedo comprobarlo,
sorry) que acaba muy mal parado tras ser objeto de unas tretas políticas
que no puedo explicar si no quiero spoilear toda la historia.
El
caso es que, en cuanto te metes un poco en el papel, te das cuenta de que has
leído 100 páginas sin pestañear (este libro no es precisamente corto…) y no
puedes dejar de leer porque la acción sigue y tú no te quieres quedar atrás. El
argumento va bastante rápido (no lo digo como algo malo) y está lleno de chicha
y personajes interesantes (hasta los secundarios). Vamos, que engancha que da gusto.
Como
dice en la sinopsis, ésta es la primera parte de lo que se supone será una
trilogía, y yo no puedo esperar a que salga la segunda parte, cuya publicación
está programada para octubre de este año (en inglés, a saber cuánto tardará en
salir en español…). Así que, mientras espero impacientemente, os dejo con mi
nota:
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¡Estoy deseando leerte!