Sin duda, una lectura muy
interesante y llena de situaciones personales de la autora que nos hacen
cuestionarnos o, al menos, profundizar en nuestra propia posición respecto de
este asunto tan candente. Cómo ser mujer
es un ensayo crítico, honesto y abierto sobre todas las cuestiones que forman
parte del feminismo.
Cada capítulo se centra en un
tema, y sus títulos como “¡Me vuelvo peluda!”, “¡Tropiezo con algo de machismo!”,
“¡Voy a un striptease!” o “Aborto” no dejan lugar a dudas. Captó toda mi
atención desde el principio, porque su forma de contarnos sus opiniones no es,
ni mucho menos, impositiva o autoritaria, sino que lo trata todo desde la
perspectiva del humor. Un sentido
del humor que incluye su propia experiencia, siendo capaz de reírse de sí misma
con una facilidad y una naturalidad admirables.
A Caitlin Moran le resulta tan
fácil contarnos la teoría de la “Ventana
Rota” (basta dejar una ventana rota sin reparar en un edificio vacío para
que los más vándalos empiecen a romper las demás) aplicada al feminismo[1],
como bromear con el papel de la mujer a lo largo de la historia (“Estábamos tan
ocupadas frotando y frotando que no pudimos hacer campaña a favor del voto
femenino hasta que aparecieron las primeras lavadoras”). He de reconocer que no
siempre he estado de acuerdo con todo lo que decía, pero eso es lo bueno de una
lectura de este tipo: no hace falta suscribir todas sus palabras, basta con
entenderlas, procesarlas y utilizarlas para crearnos nuestra propia opinión.
Me parece que el enfoque que
utiliza Caitlin en este libro facilita el acceso de lectores que, por inercia,
suelen evitar este tipo de lecturas por considerarlas “cargantes” o poco
entretenidas. Al contrario de lo que pueda parecer, más que un ensayo, yo etiquetaría
este libro como humorístico o sátira. Es una lectura tan accesible y entretenida como pudiera serlo
cualquier novela de ficción.
Recomiendo este libro a
cualquiera que tenga un mínimo interés, no sólo en el feminismo, sino en los
asuntos de actualidad que nos implican a todos y que siguen provocando
desigualdad. No hace falta ni ser mujer ni ser feminista para disfrutar de esta
lectura, simplemente abordarlo con la mente abierta y estar dispuesto a darle
al coco.
Yo ya tengo apuntado Cómo se hace una chica como futura
lectura imprescindible J
[1]
Todos los temas, tanto los “importantes” (la desigualdad salarial o la
violencia de género) como los “más pequeños” (la evaluación de una mujer en
base a su físico), son igual de nocivos.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Muchas gracias por comentar de manera constructiva y respetuosa : )
¡Estoy deseando leerte!