No me resulta fácil hacer esta reseña, primero porque hay
unos cuantos puntos que quiero tocar y no quiero olvidarme de ninguno; y
segundo, porque ni siquiera tengo clara mi propia opinión sobre La gracia de los reyes. Sé que suena a
tontería, pero lo cierto es que no sé muy bien qué pensar en general del libro.
Es la primera vez que me estoy replanteando cambiar una nota después de haberla
puesto, tras haber estado reflexionando sobre la novela. No os voy a engañar,
el género de fantasía épica no le queda grande, y no es
que me guste demasiado ponerle esa etiqueta, pero en verdad hace honor a ella. El
caso es que es una novela bastante larga (un tocho, vamos) y me ha llegado a
parecer repetitiva, sobre todo hacia el final, cuando daba la impresión de que
las cosas…*SPOILER* se iban a quedar igual que al principio. *FIN DEL SPOILER*
Bueno, hablemos claro, La
gracia de los reyes es una historia de traiciones y corrupción. Es un
resumen muy abstracto que define bien qué nos vamos a encontrar en el libro,
pero lo cierto es que tiene muchas más cosas aparte de eso. Muchísimas. Tiene muchos
personajes (tantos que al inicio del libro se incluye un dramatis personae donde se explica en pocas palabras quién es cada
uno, y que yo he estado consultando casi hasta el final del libro), tiene
muchas historias secundarias, mucha progresión temporal (desde el principio
hasta el final de la novela transcurren 22 años) y desarrollo de los personajes,
como cabe esperar. Se podría decir que es un ensayo sobre la condición humana
vista desde su lado más crudo.
Comienza, como muchas otras historias, con un emperador
déspota y corrompido por el poder y el tiempo. Mata Zyndu y Kuni Garu son los
personajes principales, que tratarán de devolver la paz y la justicia perdidas a
la plebe acabando con el gobierno del emperador Mapidéré. Para ello, comenzará
una guerra en la que todos los estados de Dara se verán involucrados, y cuya
balanza girará a veces a favor de unos y a veces en su contra. Personalmente,
lo que más interesante me resultó no fueron estos hechos en sí, sino las
motivaciones de cada personaje involucrado y sus historias personales. Y de eso
hay a patadas. Así como lecciones y proverbios que se quedan dando vueltas por
la cabeza incluso después de cerrar el libro (os enseño las que más me han
gustado al final).
Si habéis leído hasta aquí puede que estéis pensando “y con
tanta chicha, ¿cómo haces para no perderte?”. No os preocupéis, de eso se
encarga el señor Liu. Aparte de la guía de personajes, también incluye un mapa
de las Islas de Dara (que consulté tantas veces o más que el dramatis personae), un glosario de
términos y hasta una nota sobre la pronunciación de los nombres, por si os
quedabais con las ganas. Esto nos ayuda muchísimo a comprender lo que estamos
leyendo y a ubicarnos entre tanta ciudad y tanto personaje. Al final le acabas
cogiendo el tino y te conoces mejor el mapa de Dara que el de tu barrio. Además,
se podría decir que casi todos los capítulos son autoconclusivos; es decir, que
cada uno cuenta una única historia (a veces desde varios puntos de vista) que
forma parte del esquema más amplio de la historia principal. Vamos que, si
llevas unos días leyendo este libro y, por lo que sea, lo dejas durante un
tiempo, cuando empieces un nuevo capítulo no te quedarás con la sensación de “¿aquí
qué había pasado?” porque probablemente la historia que te cuenten en el
próximo capítulo no esté directamente relacionada con la anterior.
Si os está dando la sensación de que es un libro denso,
estáis en lo correcto, pero no penséis que por ello es menos interesante. En general,
me ha gustado muchísimo leer La gracia de
los reyes y tengo muchas ganas de que salgan los siguientes libros de la
trilogía, pero es verdad que al final del libro se me quedó un regusto amargo. Aparte
de por lo del argumento, lo que más reticencia me ha provocado ha sido darle
vueltas en la cabeza al libro después de puntuarlo y, sobre todo, no poder acallar
a mi vocecita de fémina (aún no sé si es el ángel o el demonio).
Como sé que si no lo digo reviento, voy a intentar
expresarme lo mejor que pueda: no acuso ni al autor del libro ni a la novela en
sí de ser machistas (y ahora viene el gran), peeero… no puedo evitar dar cuenta
de que los personajes femeninos son más bien escasos y la mayoría de ellos se
limita a un papel definidamente secundario de ama de casa/esposa/amante
despechada. Sí, seamos fiel a la verdad, una de las mujeres tiene un papel
crucial para el desenlace de la novela, lo cual hace más chocante el hecho de
que no aparezca hasta casi el final del libro. Sé que me repito, pero quiero
dejar claro que no me parece correcto catalogar esta novela como machista. En mi
opinión afecta negativamente tanto la objetivización de las mujeres como la “obligada”
virilidad de los hombres. El desarrollo de los personajes femeninos es tan
detallado y tan bueno como el de los masculinos (muchos de ellos tienen un capítulo
propio donde se cuenta su historia), y aun así los roles de las mujeres se
limitan al “personaje de apoyo”. Por un lado, entiendo que esto le dé más
realismo si pensamos que es una recreación de la historia de China; por otro
lado… es una novela de ficción con zepelines de bambú y ballenas cornudas, todo puede pasar… ¿todo excepto una
sociedad en la que no se perpetúe el sexismo?
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